En el transcurso
del invierno suelen haber unos cuantos días con temperaturas mínimas
heladas (0 C).
La mayor parte de las precipitaciones
ocurren en verano y generalmente hay una estación seca en invierno. La
estación húmeda prevalece de mayo a septiembre y en la seca ocurren
temperaturas suaves y en ella tiene lugar las débiles precipitaciones
invernales. La temporada de huracanes suele coincidir con la estación
húmeda.
Además de su elevación sobre el nivel del mar, su localización costera y posición sobre el trópico de Cáncer
hace que el clima sea muy moderado y fresco a lo largo de todo el año.
Un día típico de verano no comprende temperaturas por debajo de 19 °C ni
sobre 29 °C. Las suaves temperaturas son acompañadas por niveles de
humedad regulares, siendo, a menudo, frecuentes las tormentas por la
tarde o las brisas del mar que proporciona el océano Atlántico, que refrescan las temperaturas aunque con una sensación de cierto bochorno.
Durante el invierno, la humedad es sensiblemente más baja, las
temperaturas mínimas medias durante ese tiempo son suaves, de unos
15 °C, siendo muy difícil que se sitúen por debajo de los 10 °C, y las
máximas suelen ser templadas, de 23 a 26 °C.
En Miami la temperatura más alta registrada ha sido de 38 °C (100 °F). Por su parte, la temperatura más baja registrada fue de −2 °C (27 °F), y en tan sólo una ocasión se ha producido precipitación nival, una nevisca (nevada ligera) el 20 de enero de 1977 en la que la nieve no cuajó (no hubo acumulación). Pese a estos datos, los registros climatológicos de Miami y su área periférica han sufrido muchas interrupciones desde 1839 hasta 1900.
El lugar donde se realizan las mediciones de temperaturas y
precipitaciones se encuentra localizado en el centro de la ciudad desde
diciembre de 1900. Una oficina del Servicio Meteorológico Nacional fue abierta en Miami en junio de 1911.
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